2011-11-10

El Ceniciento explotado


FUENTE: EL PAIS

Un grupo de mujeres cambia los cuentos tradicionales para que los niños asuman comportamientos no sexistas.


Blancanieves, Cenicienta o la Bella Durmiente eran hermosas jóvenes cuya única aspiración pasaba por enamorar a un apuesto caballero y cuyo futuro quedaba ligado irremediablemente al beso de un hermoso príncipe. Para acabar con los estereotipos sexistas en los cuentos más populares, las seis integrantes de la asociación feminista bilbaína Igualan deleitan ahora a los niños con las historias de siempre, pero limpias de roles tradicionales. Tras haber entretenido en 2005 con las andanzas de La Tarzana o el príncipe Ceniciento a todos los escolares de cinco y seis años de Galdakao, en febrero próximo contarán estos cuentos a los niños de diez colegios de Vitoria y tratarán de convencer a sus padres de la importancia de la educación no sexista. Durante estas fiestas las sesiones se realizan en el Parque Infantil de Basauri (mañana, a las 18.30; el día 6, a las 12.30 y 18.30, y el día 7, a las 18.30).



Las narraciones forman parte de un programa de enseñanza para la igualdad que imparte en los centros escolares de Andalucía desde hace cinco años el equipo Agora, dirigido por la experta en cuestiones de género Marisa Rebolledo.
La responsable de Igualan, Miriam Herbón, explica que los cuentos tradicionales perpetúan el modelo de la mujer guapa y pasiva. Los personajes siguen patrones previsibles: las brujas son malvadas y feas, frente a los hechiceros sabios y amables; las princesas, hermosas, pero faltas de inteligencia e incapaces de encontrar la felicidad y labrarse un porvenir por sí mismas. "La mayoría de los padres y madres desconoce que al contar un cuento a sus hijos les están transmitiendo estos valores y una serie de componentes de rivalidad, envidia y odio entre iguales", advierte Herbón.
En las aulas trabajan con los niños durante siete horas. En los primeros 60 minutos, dos personajes, la princesa Carlota y el dragón Buba, les avisan de que los relatos que van a escuchar son distintos. Al día siguiente, comienzan su narración. El príncipe Ceniciento, un pobretón a quien la tiranía de su padre y hermanos le mantiene siempre de limpieza, queda hechizado por un hada, que le mezcla entre los jugadores de un partido de fútbol. Tarzana debe vencer el ostracismo de los animales de la selva para demostrar que por su fuerza y valor merece ser la reina. El lobito Caperucito se interna atemorizado en la espesura del bosque seguido por una malvada niña.
Los alumnos participan en asambleas en las que, con ayuda de fichas, debaten los valores que subyacen en estos relatos y los asocian a su realidad más cercana. "Cuando les cuentas un cuento de una forma diferente les creas un conflicto cognitivo. Por eso hay que explicarles por qué las actitudes que tenían asumidas deben ser de otra forma", destaca Herbón.
Determinados comportamientos se revelan injustos. "Si se cambia el personaje de Cenicienta por Ceniciento es porque resulta más fácil que vean la discriminación que sufre la mujer, pero luego les recalcamos que las tareas domésticas se deben hacer entre todos y que ni Cenicienta ni Ceniciento deberían vivir sometidos", afirma la representante de esta agrupación, integrada en su mayor parte por sociólogas y psicólogas...
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